En la industria automotriz no solo hay cajas de cambios manuales sino que también existe la transmisión automática. Para que este tipo de cambio funcione correctamente se necesita un aceite especial denominado ATF.
Existen ciertos aspectos que determinan la calidad del aceite, tales como una elevada capacidad de absorción de presión, una adecuada relación viscosidad-temperatura, elevada estabilidad al envejecimiento, una escasa tendencia a formar espuma, una tolerancia de todos los materiales de las juntas, etc.
Las cajas de cambios que han sido tratadas con lubricantes inadecuados son más propensas a sufrir averías y problemas, como un mayor desgaste de las placas y los discos.
El aceite para la transmisión automática ATF debe reducir la fricción para prevenir el desgaste (como todos los lubricantes) y ha de permitir un cierto nivel de fricción para que los materiales de las bandas y embragues se enganchen suavemente sin desgaste prematuro. Adicionalmente, el aceite hidráulico ATF debe ser compatible con todos los componentes de la transmisión, operar a temperaturas extremas y mantener un rendimiento constante durante períodos prolongados.
Tipos de aceite hidráulico ATF
El aceite ATF tipo “A” fue utilizado principalmente durante la década de los 50 y, por tanto, posee las características adecuadas a los modelos de la época. Tiene escaso poder antioxidante y no ofrece demasiada protección al desgaste.
El aceite ATF tipo “F”está especialmente diseñado para modelos Ford y Jaguar de los años 80. Se caracteriza por ofrecer una alta resistencia a la oxidación y está especialmente pensado para modelos con transmisión automática y dirección asistida.
Fue introducido en el mercado a finales de los años 60, como el sucesor del aceite ATF Tipo-A. En un principio estaba destinado a vehículos con transmisión automática, pero con los años General Motors ha ido sacando nuevas versiones y adaptándolo a otras especificaciones.
Las licencias de General Motors para el uso de Dexron III expiraron en 2005, momento a partir del cual tan solo ofrece Dexron VI para sus modelos automáticos. Ofrece alta estabilidad térmica, funciona muy bien a bajas temperaturas y tiene gran poder antioxidante.
Se trata de un fluido fabricado y puesto en circulación por Ford a finales de los años 80. Ha dado soporte a algunos modelos de la marca Ford, así como a algunas de sus filiales, como Lincoln o la desparecida Mercury.
Mercon V («Mercon 5»):
Una evolución del Mercon, capaz de dar soporte a las cajas automáticas más modernas. Sus grandes ventajas son su índice de resistencia a la vibración y su capacidad para ofrecer buen resultado tanto a altas como a bajas temperaturas.
ATF+3, ATF+4 (MS 7176 y MS 9602):
Son usados principalmente por Jeep, Chrysler y Dodge. Está pensado para alargar la vida útil del embrague, gracias a su menor coeficiente de fricción. Salió al mercado para cubrir las deficiencias de Dexron II.
Son aceites ATF especiales para las cajas automáticas de Mitsubishi. El uso de Dexron o de cualquier otro tipo de aceite ATF en los modelos de esta marca acortará sensiblemente la vida útil del sistema de transmisión.
Toyota WS (World Spec)
Se trata de un aceite que se caracteriza por su baja viscosidad. Está pensado para modelos automáticos de la marca Toyota.
Aceites para transmisiones de doble embrague DSG:
Al aceite que tiene la misión de lubricar, accionar y refrigerar los componentes del cambio, se le denomina DCTF. Está pensado para cajas automáticas en el que los embragues se encuentran bañados en aceite.
Aceites para Transmisiones de Variación Continua (CVT):
Son transmisiones que permiten mantener el motor en su par máximo, lo que puede llegar a reducir el consumo hasta un 20%, según los fabricantes. Este tipo de transmisión necesita ser tratada con aceites específicos de muy baja fricción.
Remarcar que el uso adecuado de estos aceites es imprescindible para cuidar el motor y la caja de cambios en los coches con transmisión automática, garantizar su buen funcionamiento y aumentar su vida útil.
Fuente: Blog.reparacion-vehiculos.es