En los años ochenta, AMG no era la empresa que es hoy en día. AMG era un preparador independiente, vinculado estrechamente a Mercedes, pero sin el estatus absolutamente integrado del que hoy en día disfruta. De hecho, antes de que los primeros AMG salieran preparados de fábrica a mediados de los años 90, era necesario comprar un vehículo Mercedes, y enviarlo a Affalterbach para que sobre él practicaran su magia. El máximo exponente de estos inicios artesanales y de bajo volumen de AMG es el “Hammer”, denominación que agrupa a los Mercedes Clase E W124 más radicales y atípicos que el mundo había visto hasta entonces.
Los Mercedes W124 son sin duda máquinas de diseño atemporal, construidas con una calidad que Mercedes no ha vuelto nunca a replicar.
Antes de que Mercedes lanzara en 1990 su primer 500 E, y los Mercedes W124 pasaran a convertirse en temidos misiles de la Autobahn, eran coches conocidos por su fiabilidad, su calidad de construcción y su refinamiento, pero no por unas prestaciones sin precedentes. En 1987 el Mercedes W124 más potente era el 300 E – cuyo motor era un seis cilindros en línea de 188 CV -, relativamente rápido y potente, pero muy lejos de los BMW M5 E28 de la época. Cuando un propietario enviaba su W124 a AMG, su corazón era transplantado por un V8 procedente de los Mercedes Clase S, entonces la caja W126.
Este motor era normalmente un 5.0 V8, pero algunos Hammer montaban motores de incluso 5,6 y 6,0 litros. Al no ser proyectos avalados por Mercedes, en la zaga de estos coches solo aparecía el logotipo de AMG. El protagonista de este vídeo de Petrolicious es un Mercedes W124 con carrocería familiar, el único en existencia en recibir el tratamiento Hammer con el motor más potente, un 6.0 V8 con nada menos que 400 CV de potencia. Era un coche que en 1987 era capaz de superar con holgura los 250 km/h, y curiosamente, antes de su transplante de corazón, comenzó su existencia como un “simple” Mercedes 300 D.
Era un coche extremadamente caro en su época, cercano a los 200.000 dólares. El ejemplar protagonista de esta historia es el único Hammer familiar producido. La apasionante historia de su conversión, su multitud de detalles y su derroche de personalidad lo podéis comprobar en este precioso vídeo grabado por Petrolicious.
Fue originalmente publicado en: Diariomotor.com