Mercedes no es un fabricante famoso solo por ser alemán o, como ellos dicen, por haber inventado el automóvil (en parte, se les puede dar la razón), en realidad, Mercedes se ganó la fama por otras cuestiones. Los alemanes siempre ha buscado ofrecer lo mejor de lo mejor, sobre todo durante los años 50 y 60, yendo decayendo poco a poco, para poder adaptarse a los tiempos cuando era necesario, aunque ahora, parece ser que volverán otra vez a apostar por “lo mejor de lo mejor”.
No obstante, hay un coche que siempre será recordado como “el último Mercedes desarrollado sin tener en cuenta los costes de producción”, el Mercedes W124, el antecesor del Clase E. Este coche fue una de las mejores creaciones de la marca, e incluso desde la propia Mercedes se dice que el W124 tenía demasiada “sobre ingeniería”, es decir, era demasiado bueno. Se fabricó con nada menos que cuatro carrocerías, una idea que hoy ni siquiera se plantean y siempre fue conocido como el Mercedes 300E. Esas carrocerías eran el característico sedán de toda la vida, el familiar no menos tradicional, el coupé y el descapotable. Estos dos coches, quizá, las versiones más bonitas de la gama, pero no por eso deportivos, ojo. En aquellos años, Mercedes no tenía coches muy deportivos, apostaba más por el lujo y el confort, aportando algo de dinamismo, pero sin llegar a extremos, hasta que llegaron los de AMG y la cosa cambio, aunque esto es harina de otro costal.
El Mercedes W124, como decíamos, era un coche sensacional, que fue uno de los modelos más influyentes para la marca. Es más, se trata de uno de los coches que más han hecho por la imagen de Mercedes. Además, como se hicieron tantos y duran tanto, es fácil encontrar unidades en el mercado, a excepción del descapotable. Del Mercedes W124 cabrio se fabricaron pocas unidades, pero no solo era un miembro de una de las mejores sagas de la historia de la marca, sino que era el primer descapotable de cuatro plazas después de 20 años. Mercedes llevaba sin ofrecer un cuatro plazas sin techo desde 1972.
La versión descapotable del W124 se presentó en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1991, junto al Mercedes C111. La marca lo describía como “un descapotable para todo el año” y como “una berlina entre los descapotables”. Pretendía ser un descapotable especial, muy superior en algunos aspectos a otros modelos similares, tanto por calidad de rodadura como por capacidad estanca de su capota. Para ello, Mercedes añadió refuerzos a la estructura de tal forma, que sumó nada menos que 230 kilos de peso al conjunto, gracias a un total de más de 1.000 piezas nuevas y entre las que destacaban, por ejemplo, unos amortiguadores de vibraciones o una capota de accionamiento eléctrico que necesitaba 20 segundos para retirar el techo. Además, tenía un arco trasero que aparecería automáticamente en 0,3 segundos si se detectaba un riesgo de vuelco. Los reposacabezas trasero también hacían de arco en caso de vuelco.
Se fabricaron pocas unidades del Mercedes W124 cabrio, concretamente, 23.952 coches, que se reparten de la siguiente manera: 6.343 del 300 24v; 2.229 del E320; 6.922 del E200 que no se comercializó en España y 8.458 del E220. Era carísimo, pues cuando se comenzó a vender en España costaba casi 10 millones de pesetas, alrededor de 108.500 euros sumando inflación. Y eso con un motor de 188 CV. Poco después de su lanzamiento, la marca realizó algunos cambios en la gama (llevaba a la venta desde 1987) y el cabrio vio como se modificaba toda la gama y además, su nombre comercial. Se dijo adiós a las siglas CE y se pasó a conocer como Clase E ofreciendo en la gama los E200, E220, E280, E 320 y E400. En España se vendió el E220, que tenía un motor con 150 CV y el E320 con motor de seis cilindros y 220 CV, por casi ocho millones y medio de pesetas el primero y alrededor de 11 millones el segundo (cerca de 97.000 euros y 125.600 euros respectivamente, sumando inflación).
El Mercedes W124 cabrio se vendió hasta 1997, compartiendo mercado con el nuevo Mercedes Clase E que se presentó en 1995 (el W210), aunque en España el cabrio se dejó de vender en 1996.
Este artículo fue originalmente publicado en Espíritu Racer, escrito por Javi Martin.