¿Conoces al Mercedes E60 AMG? Un jubilado sin complejos

El Mercedes E60 AMG es uno de los sedán deportivos más desconocidos por la mayoría, salvo por los fanáticos de Mercedes, que a buen seguro lo tendrán en gran estima. Hablamos de uno de los coches deportivos más discretos, un sleeper de raza, un auténtico lobo con piel de cordero. Coches como el Audi RS6 2020 son prácticos y rápidos, sí, pero su aspecto es tan radical que son lobos con piel de lobo. ¡Ni un logo TDI podrá engañar a nadie!

En cambio, el Mercedes E60 AMG tiene esa naturalidad y esa discreción que lo hace tremendamente especial. Se trata de un sedán basado en el Mercedes E500 W124, un sedán ya de por sí rápido gracias a su V8 de más de 300 CV. Sin embargo, AMG en los 90 no era más que un preparador, sí, amigos íntimos con los de Stuttgart, pero un preparador independiente: algo parecido a lo que ocurre con Alpina y BMW.

 

Mercedes E 60 AMG

 

Y su principal labor era modificar los Mercedes al más puro estilo alemán: para conseguir velocidad y una imagen ligeramente más deportiva pero siempre con la discreción en su punto de mira. El Mercedes E60 AMG es uno de los mejores ejemplos de su labor. ¿Qué se esconde bajo su elegante carrocería? Pues para empezar, el motor fue modificado de manera importante. Gracias a un mayor diámetro y carrera de los cilindros, la cilindrada crecía hasta los 5.956 centímetros cúbicos.

Sí, un V8 de seis litros siempre pinta bien. Contaba con aspiración natural, algo inimaginable a día de hoy en un sedán de altas prestaciones, y eso provocaba que fuese algo perezoso en bajas. Era capaz de generar 381 CV de potencia y 470 Nm de par a 4.000 vueltas. Por comparar: el E500 se conformaba con 320 CV. La potencia se enviaba al eje trasero gracias a una transmisión automática de cuatro velocidades y desarrollos cortos, por lo que el empuje siempre estaba garantizado.

 

Mercedes E 60 AMG
 

Pero lo mejor son las prestaciones: el Mercedes E60 AMG es capaz de acelerar de cero a cien en 5,4 segundos y, si lo deslimitas, superará los 250 km/h sin demasiados problemas. Un auténtico ‘autobahn killer’, una bestia al más puro estilo alemán. Una bestia escondida en un sedán de auténtico lujo y una calidad de fabricación que roza la excelencia. Muchos aseguran que esta es y será la mejor época de Mercedes.

Lo que está claro es que el Mercedes E60 AMG que te presento hoy es uno de los coches deportivos más alucinantes de los 90. Discreto, poco conocido pero súper atractivo y súper exclusivo. AMG modificó 148 unidades, de las cuales, solo 12, fueron basadas en el E500 Limited, que incluye, entre otras cosas, las llantas derivadas del Mercedes 190 E 2.5-16 Evolution II. También contaba con equipamiento exclusivo en su interior.

 

Mercedes E 60 AMG

 

Hoy, este tipo de coches, están recuperando buena parte de su fama. No me extraña: cada vez a deportividad se asocia con formas estrafalarias y exageradas para llamar la atención. Llantas gigantescas, enormes tomas de aire, alerones sin demasiado sentido. En los 90 la deportividad era mucho más discreta y eso es algo que a día de hoy, cada vez más gente vuelve a valorar.

Fuente: Topgear.es